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domingo, 27 de septiembre de 2015

Malos Hábitos Que Te Hacen Subir De Peso

Si sientes que vienes cargando con esos kilos de más hace varios meses y aún no encuentras la manera de quitártelos, es hora de que dejes de lado las sacrificadas dietas y los fracasados intentos por resistir a todas tus comidas favoritas. Es posible que el gimnasio esté ayudándote, pero ese único esfuerzo no es suficiente. A continuación te presentamos los peores hábitos que puedes tener mientras estás adelgazando; si identificas alguno de ellos es posible que allí es donde estés fallando y más te vale empezar a corregirlo.

Poca agua

El agua juega un papel muy importante en nuestro organismo ya que además de mantenernos hidratados, favorece algunas funciones como la regulación delmetabolismo, la eliminación de toxinas y desechos que el cuerpo no necesita.Cuando no incluimos una buena cantidad de agua en la dieta, el cuerpo será menos eficiente en la quema de calorías y no favorecerá la eliminación de grasa para perder peso. Lo recomendado es incluir en la dieta al menos 2 litros de agua al día.

Comer rápido

Cuando no te tomas el tiempo necesario para masticar bien los alimentos, vas a sentir menos sensación de saciedad y como consecuencia vas a querer comer más y más. Este mal hábito evita que tu organismo pueda digerir bien la comida y como consecuencia será más difícil adelgazar. Así mismo es poco recomendado comer frente al televisor, usando cualquier dispositivo tecnológico, teniendo una mala postura o cualquier tipo de distracción.

Estrés

Las situaciones estresantes son de las peores enemigas en el proceso de querer bajar de peso. Este tipo de situaciones suelen generar ansiedad y como consecuencia vas a querer comer más de lo normal y te será casi imposible llevar una dieta saludable. Estudios han revelado que los niveles altos de estrés incrementan la producción de cortisol, lo que hace que el cuerpo almacene grasas en lugar de eliminarlas. Es muy importante aprender a controlar tanto el estrés como la ansiedad que éste puede producir. Si por alguna razón te es inevitable evitar una situación así, la opción es calmar la ansiedad con un alimento saludable como una botella de agua, alguna fruta o un yogurt.

No saber cuántas calorías consumes

A pesar de que se le pueden atribuir muchos factores al aumento de peso, la principal sigue siendo consumir más energía de la que se gasta. ¿Sabes cuántas calorías consumes al día? Para una persona con actividad física moderada, lo recomendado son 2000 kcal. Procura llevar un conteo y revisa los alimentos que comprar para que conozcas su valor nutricional.

Comer en platos gigantes

Cuando se trata de platos, el tamaño importa mucho. Si tu plato se ve lleno, serás menos propenso a sentir que no has comido suficiente. Procura utilizar platos pequeños para que al mismo tiempo reduzcas tus porciones.

No tener un plan de alimentación

Sigue un plan de alimentación saludable: Tres comidas grandes con dos snacks, seis comidas pequeñas o lo que más se te acomode de acuerdo a tu ritmo de vida. Procura prepararlos un día anterior para que no tengas pretextos y no comas cualquier cosa durante el día.

Distraerte mientras comes

Las redes sociales, medios de comunicación o entretenimiento pueden provocar que ingieras más alimentos de los que necesitas si no le pones la atención debida a lo que comes. Procura que tu meta sea disfrutar de tu comida: apaga el celular, enfócate en lo que comes, mastica cuidadosamente ¡y disfruta de tu comida!

Consumir calorías líquidas

Hidrátate con agua natural siempre que puedas hacerlo. Olvídate de los jugos, las bebidas endulzadas o los refrescos e incluye en tu dieta este vital líquido. Procura remover de tu alimentación el café cremoso, con caramelo o crema batida, además de los tés con demasiada azúcar.

Comer durante la noche

Comer demasiado tarde por las noches puede afectar tu digestión. Olvida esa locura de comer de noche y procura consumir tus últimos alimentos al menos dos horas antes de dormir. Si no puedes dormir, no busques solucionarlo con comida, mejor lee un libro o de escucha música.

Comerte las emociones

¿Estás aburrido, estresado o triste y en lo único que piensas en es comer? Sé consciente de tus alimentos, y come solamente cuando en verdad tengas hambre. Prueba tomar un vaso de agua cada vez que quieras comer un bocadillo por antojo.

Consumir demasiada azúcar

Elimina ese hábito de comer algo azucarado en todos tus snacks. Cuando tengas un antojo de algún alimento dulce, ¿por qué no optar por fruta?

No dormir lo necesario

Si no duermes lo suficiente, el balance de las hormonas que te producen el apetito se ve afectado, y podrías sentirte más hambriento durante el día. Procura dormir las horas que tu cuerpo necesita para un descanso de verdad (de seis a ocho diariamente), y haz un horario en el que te duermas y despiertes a la misma hora para que tu cuerpo se acostumbre.

No tener tiempo para hacer ejercicio

Si 20 o 30 minutos te parece algo muy complicado, puedes encontrar maneras sencillas de ejercitarte durante el día: sube las escaleras en vez de tomar el elevador o aprovecha un momento de tu hora de comida para caminar. Cualquier cantidad de ejercicio es siempre mejor que estar sedentario.

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